En un contexto cambiante como el actual, es necesario contar con soluciones inteligentes que puedan respaldar el proceso de producción que realizan las empresas.
Conservar la continuidad operativa es de vital importancia para las organizaciones, ya que cualquier inconveniente en el sistema puede generar la interrupción en el negocio, perjudicando los resultados y desperdiciando recursos.
Es importante entender de qué se habla cuando se mencionan los “entornos de misión crítica”. Unificando criterios, son actividades y sistemas que deben operar continuamente, sin interrupciones. Es por esto que requieren de soluciones tecnológicas de calidad, monitoreo constante y soporte permanente para garantizar la performance de punto a punto. Para que el sistema de misión crítica funcione de manera óptima se necesita de 3 variables:
Aumentar velocidad
Aumentar la disponibilidad de la red
Utilizar redes ópticas que contribuyan a la reducción de la latencia
Si no se cumplen correctamente los tres ejes, los sistemas de misión crítica fallan o se interrumpen, ocasionando que las operaciones comerciales se vean significativamente afectadas. Además, estos sistemas tienen en el centro al usuario, por lo que operan siempre considerando la experiencia del cliente como pilar fundamental.
La solución para combatir posibles errores o falencias operativas es contar con tecnología avanzada basada en el mantenimiento y funcionamiento de la red. Para estos sistemas altamente sensibles, la conectividad mediante fibra óptica brinda un entorno robusto, de baja latencia, alta densidad y con una alta capacidad de escalabilidad y usabilidad.
Hoy, todas las empresas deben enfrentar grandes desafíos y la migración a sistemas avanzados ayudará a aumentar la competitividad entre las distintas organizaciones. Sin embargo, en los sistemas de misión crítica se vuelve aún más importante cuidar el entorno para evitar fallas y garantizar performance de calidad.
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