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Malka Mekler

Soledad digital: ¿cómo las redes cambian nuestras relaciones?

La tecnología moderna transforma cómo nos relacionamos, sustituyendo conversaciones significativas por textos y creando un ambiente propicio para el aislamiento y la comparación.


La tecnología ha transformado profundamente nuestras interacciones sociales, pero no siempre para bien. A pesar de que redes sociales, mensajería instantánea y plataformas de streaming han revolucionado nuestra manera de conectarnos, el uso de estas herramientas está también relacionado con un aumento de la soledad y el aislamiento, según lo planteo Infobae.


Investigaciones recientes revelan una correlación significativa entre el uso intensivo de estas tecnologías y la percepción de aislamiento, especialmente en generaciones jóvenes. Adolescentes y adultos se ven atrapados en dinámicas de interacción digital que, lejos de satisfacer sus necesidades sociales, las amplifican.


Estudios como el de la investigadora de Harvard Laura Marciano documentan cómo los adolescentes, a pesar de su alta actividad en redes, se sienten desconectados y solos. A lo largo del verano, Marciano descubrió que más de la mitad de los adolescentes entrevistados no interactuaban con nadie durante lapsos de hasta una hora, incluso estando en línea. Este patrón ilustra el lado paradójico de la tecnología: en lugar de reforzar la comunicación, puede reducirla a interacciones superficiales, como un mensaje de "HBD" en lugar de una conversación auténtica.


Los académicos coinciden en que las redes sociales, al incentivar comparaciones constantes y competir por validación, intensifican sentimientos de insuficiencia y FOMO (en español miedo a perderse algo), una forma de ansiedad moderna. Además, los mensajes de texto, a pesar de su popularidad, sustituyen interacciones más ricas en contenido emocional, como las llamadas o videollamadas, acentuando el sentido de soledad. Las videollamadas, según Marciano, solo son usadas por un 2% de adolescentes, lo que implica una desconexión de la comunicación cara a cara y un mayor riesgo de aislamiento emocional.


Además, la adicción a contenidos digitales como los vídeos en streaming genera conductas de reclusión. Tanto TikTok como Netflix, al promover el visionado sin pausas, atrapan a los usuarios en un ciclo de entretenimiento superficial que sustituye relaciones reales y limita la interacción personal.


Por su parte, la Dra. Emily Weinstein advierte que los adolescentes están ahora experimentando incluso con chatbots de inteligencia artificial, a los que perciben como menos críticos y más comprensivos que los seres humanos, lo cual podría profundizar aún más su aislamiento.


La relación entre tecnología y soledad es, así, compleja y evolutiva. Mientras las herramientas y plataformas avanzan, la cultura y las prácticas sociales se ven atrapadas en una búsqueda de conexión que, paradójicamente, ha llevado a muchos a sentirse más solos que nunca.


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