La transformación digital del país ha traído beneficios significativos, pero también ha incrementado su vulnerabilidad ante ataques a infraestructuras críticas como energía, finanzas, salud, telecomunicaciones y transporte. Marc Asturias, de Fortinet, explica por qué es imperativo fortalecer la protección de estos sectores mediante la colaboración entre el gobierno, empresas privadas y expertos en ciberseguridad.
Por Marc Asturias, VP de Mercadeo y Field CISO de Gobierno para América Latina, Caribe y Canadá en Fortinet.
En una era de rápidos avances tecnológicos, la necesidad de medidas sólidas de ciberseguridad se ha convertido en una preocupación primordial para las naciones de todo el mundo. Guatemala no es una excepción, ya que se enfrenta a las crecientes amenazas que plantean los ciberdelincuentes. Con la convergencia de la inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías, las campañas de ransomware y otros tipos de ciberataques se han vuelto cada vez más eficaces, lo que requiere un enfoque integral y colaborativo de la ciberseguridad.
La transformación digital de Guatemala ha generado importantes beneficios, pero también ha aumentado el panorama de amenazas, abriendo nuevas vías para los ciberdelincuentes. Su creciente dependencia de plataformas y redes digitales ha convertido al país en blanco de diversas amenazas cibernéticas. El panorama de la ciberseguridad en Guatemala está plagado de desafíos. La urgencia de abordar estas amenazas se ve subrayada por la creciente frecuencia, gravedad y éxito de los ciberataques en los últimos años. Los ataques cibernéticos en Guatemala han aumentado, siendo las infraestructuras críticas los objetivos principales.
Es clave proteger las infraestructuras críticas de Guatemala, ya que forman la columna vertebral de la economía y la seguridad de la nación. En Guatemala, sectores como energía, telecomunicaciones, finanzas, salud y transporte se consideran infraestructuras críticas debido a su papel esencial en el funcionamiento del país. Proteger estos sectores de las amenazas cibernéticas es crucial para garantizar su funcionamiento ininterrumpido y la seguridad de la población. Las posibles consecuencias de un ataque exitoso a estos sectores son nefastas y van desde pérdidas financieras y la interrupción de servicios esenciales hasta comprometer la seguridad nacional.
Sector energético: el sector energético es clave para la seguridad nacional y la estabilidad económica. Un ciberataque exitoso a la red energética puede provocar cortes de energía generalizados, perturbaciones económicas e incluso poner en peligro vidas.
Sector financiero: los ciberdelincuentes suelen atacar a bancos e instituciones financieras para robar datos confidenciales, ejecutar transacciones fraudulentas e interrumpir operaciones financieras.
Sector de salud: el sector de salud posee una gran cantidad de información confidencial, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. Un ciberataque a instituciones sanitarias puede comprometer los datos de los pacientes, interrumpir los servicios médicos e incluso provocar la pérdida de vidas.
Telecomunicaciones y transporte: estos sectores son vitales para la comunicación y el movimiento de bienes y personas. Los ciberataques a las redes de telecomunicaciones pueden alterar los canales de comunicación, mientras que los ataques a los sistemas de transporte pueden provocar un caos logístico.
¿Por dónde empezar?
Fortalecer la ciberseguridad en estos sectores requiere la colaboración entre agencias gubernamentales, empresas privadas y expertos en ciberseguridad para desarrollar e implementar estrategias integrales de seguridad digital.
Una de las necesidades más apremiantes en el panorama de ciberseguridad de Guatemala es el establecimiento de un marco legal sólido para gobernar y hacer cumplir las prácticas de ciberseguridad. La propuesta de Ley de Ciberseguridad, actualmente bajo consideración en el Congreso, tiene como objetivo abordar esta necesidad estableciendo directrices sobre disposiciones de derecho penal para la ciberseguridad, pero se necesitan pasos adicionales para incluir disposiciones de derecho procesal para preservar los datos informáticos como prueba, la capacidad de las autoridades para obligar a la producción de datos específicos, otorgar a las autoridades el poder de búsqueda e incautación y establecer marcos para la cooperación internacional. Se necesita cooperación internacional, pero para ello se requiere de marcos de asistencia mutua, medidas de extradición y un equipo de respuesta ante incidentes (CERT o CSIRT) 24 horas al día, 7 días a la semana que pueda brindar asistencia en las investigaciones, no solo para garantizar una estructura legal sólida, sino también para garantizar que Guatemala esté alineada con los Convenio de Budapest sobre ciberdelincuencia y puede recibir el apoyo que necesita de sus socios.
Es importante reconocer que la ciberseguridad es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración entre el gobierno, el sector privado, el mundo académico y los ciudadanos. Las asociaciones público-privadas (APP) desempeñan un papel vital en la mejora de la ciberseguridad al aprovechar las fortalezas y recursos de ambos sectores. El intercambio de inteligencia sobre amenazas y de mejores prácticas entre agencias gubernamentales y empresas privadas es uno de los beneficios de las APP. La colaboración ayuda a identificar amenazas emergentes, comprender patrones de ataque y desarrollar contramedidas efectivas. Otro beneficio de las APP es que el sector privado a menudo posee tecnologías y experiencia en ciberseguridad avanzadas que pueden utilizarse para reforzar los esfuerzos nacionales en materia de ciberseguridad, permitiendo así la asignación eficiente de recursos y garantizando que las infraestructuras críticas estén adecuadamente protegidas. La educación es la piedra angular de una ciberseguridad eficaz.
En Guatemala, existe una necesidad apremiante de mejorar la educación en ciberseguridad en todos los niveles para construir una fuerza laboral informada y resiliente capaz de defenderse contra las amenazas cibernéticas. Incorporar la educación sobre ciberseguridad en los planes de estudios escolares puede ayudar a inculcar una cultura de concienciación sobre la ciberseguridad desde una edad temprana. Se debe enseñar a los estudiantes sobre la importancia de las contraseñas seguras, el comportamiento seguro en línea y los conceptos básicos de detección y respuesta a amenazas. Asimismo, las universidades y facultades debieran ofrecer programas y cursos especializados en ciberseguridad para formar profesionales capacitados. Estos programas deben cubrir áreas como piratería ética, análisis forense digital y seguridad de redes. El desarrollo profesional continuo es esencial para mantenerse al día con el panorama de ciberseguridad en rápida evolución. Es fundamental educar al público en general sobre los riesgos y las mejores prácticas de ciberseguridad. Las campañas de concientización pública pueden ayudar a las personas a reconocer los intentos de phishing, proteger sus dispositivos y proteger su información personal en línea.
Los ciberdelincuentes utilizan cada vez más la IA para desarrollar malware avanzado, realizar campañas de phishing dirigidas y automatizar ataques. Esto subraya la necesidad de soluciones de seguridad sólidas basadas en inteligencia artificial que puedan anticipar y contrarrestar estas amenazas. La IA se puede utilizar para mejorar la detección de amenazas, automatizar los procesos de respuesta y predecir posibles vulnerabilidades. Las herramientas impulsadas por IA también pueden ayudar en la respuesta a incidentes proporcionando información y recomendaciones en tiempo real, desempeñando un papel crucial en la ciberdefensa proactiva al identificar amenazas potenciales antes de que se materialicen. El análisis predictivo y el aprendizaje automático pueden ayudar a las organizaciones a anticipar los ciberataques e implementar medidas preventivas.
Guatemala se encuentra en un momento crítico en su camino hacia la ciberseguridad y ésta es una responsabilidad compartida que involucra al gobierno, el sector privado, la academia y a cada ciudadano. Al trabajar juntos y aprovechar los recursos y la experiencia colectivos, Guatemala puede construir un marco de ciberseguridad resiliente que salvaguarde su futuro digital. El momento de actuar es ahora, mientras la nación se esfuerza por proteger sus infraestructuras críticas y garantizar la seguridad y la prosperidad de su gente en un mundo cada vez más interconectado.
Comments