Los centro de datos son los que dan respuestas a las demandas de los distintos servicios digitales. Pero: ¿cómo se los mantiene, o qué debe considerarse en su planificación o una vez construidos?
Las grandes empresas requieren grandes infraestructuras para su correcto funcionamiento. Para los proveedores de infraestructura o servicios de data center, es imprescindible contar con todo lo necesario para atender las operaciones que se realizan en red, así como para el procesamiento, distribución y almacenamiento de los datos.
Al ser la columna vertebral de Internet y los servicios de aplicaciones críticas, el data center se basa en instalaciones industriales con equipos y sistemas sofisticados interrelacionados: TI, electricidad y refrigeración.
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“Cuando hablamos de los aparatos que tenemos, se debe incluir la hiperconvergencia, es decir: la replicación de punto a punto para los servidores críticos existentes. Si se habla del hardware para hacerlo, podría usarse una replicación a Azure”, indicó Esbin Lázaro, jefe de Infraestructura y Operaciones en Tecnología en la Asociación Española de Beneficencia, Guatemala.
Un conjunto integral
Al planear la construcción de un data center, deben considerarse varios factores: cumplir con la redundancia en el diseño, las vías de alimentación de electricidad y software, así como el equipamiento para que haya equilibrio entre el nivel de redundancia de energía y ganancia de fiabilidad.
Para volverlos más eficientes, ha habido esfuerzos para la optimización de la energía que mitigan el impacto ambiental. Se prevé que para el 2020, las emisiones globales de dióxido de carbono (que en 2017 abarcaban 80 millones de MWh anuales, cerca de 2% de las emisiones globales) se cuadriplicarán. Esto equivale a que la demanda de energía eléctrica de un data center mediano equivale al de 25 000 hogares de Estados Unidos.
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Sin embargo, con la infraestructura de alimentación eléctrica de corriente continua (CC) de baja tensión se pretende ofrecer un ahorro de energía significativo, en comparación con el suministro de energía de la corriente alterna (CA).
“La distribución de corriente continua en baja tensión puede ser adecuada para las redes inteligentes y microrredes, ya que en la actualidad contamos con fuentes de energía renovable que generan corriente continua, principalmente paneles fotovoltaicos. Esta energía, en lugar de ser inyectada directamente a la red, hasta ahora se ha hecho pasar por inversores para transformarla en corriente alterna, -tipo de corriente de las redes de distribución- para, posteriormente, hacerla pasar por rectificadores para transformarla en corriente continua y poder dar así servicio a cargas de corriente continua”, señaló Jose Luis Friebel, managing director Spain & LATAM, DatacenterDynamics.
El cambio de suministro eléctrico de CA por uno de CC supone no solo una reducción en el consumo de corriente y el impacto al medio ambiente, ya que las necesidades de refrigeración de la infraestructura TI son menores, sino también ahorros financieros.
Por supuesto, este tipo de tecnología de CC debe utilizarse en equipos nuevos y de gran tamaño. Por ello, antes de pensar en la construcción de un data center, es necesario evaluar en qué fases de la instalación deberán ser incluidas. Así, en la planeación se debe considerarlos como un conjunto integral, desde la entrada de la red de suministro de energía hasta el servidor, para resultados óptimos.
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