En apenas días, la plataforma pasó de la gloria a la quiebra causando estragos en el mercado de las criptomonedas. Esto es lo que ha sucedido hasta ahora.
Esta es una historia que se desarrolla minuto a minuto pero que, ya se sabe, termina mal. Al momento de escribir estas líneas, FTX está en proceso de quiebra en Estados Unidos y siendo investigada por el Departamento de Justicia, la Comisión de Bolsa y Valores y la Comisión de Comercio de Futuros Productos Básicos sobre el manejo de sus millonarios fondos, en un episodio que está haciendo temblar a toda la industria de las criptomonedas.
Estamos a años luz de aquel mayo de 2019, cuando Sam Bankman-Fried, un trader de Wall Street, y Gary Wang, un exempleado de Google, fundaron una de las más grandes plataformas cripto del mundo.
Apenas dos años después, en julio de 2021, una ronda de financiación de US$900 millones valoró a la empresa en US$18.000 millones, que en octubre saltó a US$ 25.000 millones con los aportes de inversores como Temasek y Tiger Global.
Hace apenas diez meses, FTX seguía creciendo como un globo. A fines de enero de 2022, la firma sumó otros US$400 millones de inversores, incluido SoftBank, lo que disparó su valuación a la friolera de US$32.000 millones.
La empresa gastaba ceros y ceros en patrocinios, poniendo su marca en la Fórmula 1 o el estadio del equipo de la NBA Miami Heat, y también compraba otras compañías, como Voyager Digital y BlockFi (que se quedó por USD240 millones).
Pero todo comenzó a desmoronarse hace menos de dos semanas, el 2 noviembre, cuando el sitio web de noticias sobre criptomonedas CoinDesk reveló la filtración de un balance de Alameda Research, la empresa de comercio de criptomonedas de Bankman-Fried, según el cual dependía y se apuntalaba en gran medida del FTT, el token nativo de FTX.
Caroline Ellison, CEO de Alameda, salió a poner paños fríos al afirmar que ese balance filtrado no reflejaba toda la historia y que había activos por un valor de más de US$10.000 millones que no estaban reflejados allí.
El 6 de noviembre, el CEO de Binance, Changpeng Zhao, dijo que su empresa liquidaría todas sus tenencias de FTT a partir de "las revelaciones recientes que han salido a la luz" (que no especificó, pero que supuestamente se refieren al balance de Alameda).
La situación generó una corrida financiera en la que miles de usuarios comenzaron a retirar sus fondos de FTX. Bankman-Fried lanzó una serie de tuits acusando a Binance de estar “tratando de perseguirnos con rumores falsos” y aclarando que “FTX está bien. Los activos están bien”.
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También afirmó que su empresa tenía "suficiente para cubrir todas las tenencias de los clientes" y que ha estado "procesando todos los retiros y seguirá haciéndolo". Además, dijo que FTX tenía US$1.000 millones en efectivo de sobra y le pidió Zhao "trabajar juntos por el ecosistema".
El 8 de noviembre, el precio del FTT se desplomó alrededor del 30% en cuestión de horas, y el del Bitcoin también comenzó a ceder ante el temor de que FTX pronto se hundiera. Ese mismo día, Bankman-Fried sorprendió a todos al comunicar que FTX había "llegado a un acuerdo sobre una transacción estratégica" con Binance para que el exchanger ayudara a cubrir lo que definió como una "crisis de liquidez". Agregó que "todos los activos estarán cubiertos 1:1".
Por su parte, Zhao informó poco después que Binance había firmado una carta de intención no vinculante para adquirir FTX, pero que se reservaba el derecho de "retirarse del acuerdo en cualquier momento".
Efectivamente, eso fue lo que ocurrió menos de 48 horas después, cuando Binance anunció que no iba a efectuar la compra debido al "[mal manejo] de los fondos de los clientes y las supuestas investigaciones de la agencia estadounidense". Desde la compañía sostuvieron que "los problemas están fuera de nuestro control o capacidad de ayudar".
Para detener la sangría, FTX suspendió la incorporación de nuevos clientes y los retiros hasta nuevo aviso y comenzó a tratar de armar un paquete de rescate de hasta US$9.400 millones. Pero el 10 de noviembre, Bankman-Fried escribía en Twitter: "Lo lamento, eso es lo principal. Lo arruiné, y debería haberlo hecho mejor".
Ese día, Maxine Waters, presidenta del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, citó las dificultades de FTX como el último ejemplo de los incidentes "que involucran el colapso de empresas de criptomonedas" y cómo dichos eventos podrían afectar a los consumidores en los Estados Unidos. La ejecutiva impulsó una legislación que establezca un marco para los criptoactivos, destacando sus esfuerzos con el miembro de rango del Comité de Servicios Financieros, Patrick McHenry, para un proyecto de ley destinado a regular las monedas estables.
El terremoto en el mercado cripto también tocó a El Salvador, primer país en declarar al Bitcoin como moneda de curso legal. El propio CEO de Binance apareció en Twitter para sofocar los rumores sobre la situación del país al respecto. "La cantidad de información errónea es una locura. Intercambié mensajes con el presidente Nayib [Bukele] hace unos momentos. Dijo: 'No tenemos un solo Bitcoin en FTX y nunca tuvimos ningún negocio con ellos. ¡Gracias a Dios!'".
Aún así, las arcas del país se vieron impactadas por el cimbronazo en el mercado cripto en el general, ya que el Bitcoin cayó un 21% y tocó su piso más bajo en dos años. Se estima que los US$100 millones que gastó el gobierno de Bukele en estos activos digitales hoy valen menos de la mitad.
El 11 de noviembre, FTX inició procedimientos del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en los Estados Unidos, junto con su unidad estadounidense, la firma Alameda Research y otras 130 afiliadas. Bankman-Fried renunció como CEO y tuvo que salir a desmentir que se había fugado a la Argentina.
Se cree que al menos US$1.000 millones de dólares en fondos de clientes han desaparecido de FTX. La compañía informó que había detectado transacciones no autorizadas y las firmas de análisis de blockchain estimaron salidas de entre US$470 y casi 670 millones en "circunstancias sospechosas".
Los investigadores financieros y reguladores de valores de Bahamas, país donde estaba radicada FTX, están llevando a cabo una investigación sobre posible conducta delictiva en el colapso de la compañía.
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