(ITNOW)-. Si miramos nuestro alrededor, la analítica está prácticamente en todas partes: procesando todos los datos que generamos cuando compramos, utilizamos nuestros dispositivos móviles, vemos una película en streaming o utilizamos asistentes personales como Siri o Alexa.
Por Héctor Cobo, VP Regional SAS México, Caribe y Centroamérica
La analítica es la que traduce todos esos datos a un lenguaje que podemos entender, y que le revela a las empresas cosas que de otro modo pasarían por alto. No existe una organización en el mundo que no aspire a ser más veloz, ágil, flexible y quiera innovar y modernizarse. La analítica puede ayudarles a lograrlo.
Al poner en manos de los usuarios más insights derivados del análisis de los enormes volúmenes de datos (Big Data), se enriquecen las aplicaciones y se automatiza la toma de decisiones. Incluso se pueden responder las preguntas más complejas.
De hecho, las organizaciones que aprovechan la analítica pueden diferenciarse ampliamente de sus competidores, obtener mejores resultados y competir efectivamente en el mercado, por mucho más tiempo.
Analítica para todos
Sin temor a equivocarnos, es posible afirmar que toda empresa es una empresa analítica en potencia; cada proceso es un proceso analítico que puede mejorarse; y cada colaborador puede utilizar la analítica. Pero lo primero que se debe hacer para lanzar un proyecto analítico es contar con los datos. De este modo se puede proceder a su análisis, para después utilizar los insights resultantes para tomar mejores decisiones.
Cuanto más rápido una organización pueda avanzar en el ciclo analítico, más pronto puede obtener un valor tangible de sus inversiones en esa tecnología. Se convierte además en una empresa basada en datos (data-driven).
Este ciclo se fundamenta en tres pilares clave: la gestión de datos, la analítica y la visualización de datos.
Una buena gestión de datos es el primer paso para gestionar los grandes volúmenes de datos y comenzar un proyecto analítico. Todos los datos que se utilizan en las actividades empresariales necesitan gestionarse lo mejor posible para tener información confiable para tomar decisiones en áreas como el desarrollo de productos, el servicio al cliente, cumplir con la privacidad de datos e innovar, entre otras cosas.
Una plataforma analítica necesita incorporar la integración, preparación, calidad y gobierno de datos, así como poder procesar cualquier combinación de datos estructurados, semiestructurados y no estructurados. Por su parte, la analítica se encarga de hacer el análisis de innumerables hileras de números y cifras, y realizar cálculos complejos de forma rápida, poniendo en manos de los usuarios empresariales los resultados para tener una visión amplia de lo que sucede en el negocio y determinar el rumbo que tomará en el mediano y largo plazos.Finalmente, la visualización de datos hace más comprensible los resultados de los trabajos analíticos. Al visualizar los datos en diferentes tipos de gráficas y tablas, es fácil entender los resultados. De igual forma es posible generar reportes para compartir rápidamente estos insights con diferentes integrantes de la organización.Estos tres pilares permiten que el poder de la analítica esté al alcance de todos. Entre sus principales beneficios destacan la obtención de resultados claros, incluso de datos imperfectos y no estructurados; la inteligencia que se obtiene es fácil de visualizar y entender con imágenes que hablan más que mil palabras; y gracias a que la plataforma analítica es fácil de usar, se reduce la dependencia de la gente de TI.
La innovación es ubicua
El valor de la analítica radica también en su capacidad de permitir a las organizaciones de todas las industrias innovar y modernizarse en diversas áreas. Es, en muchos sentidos, el medio idóneo para explorar posibilidades bastante interesantes. A medida que evoluciona la tecnología, lo que antes ni siquiera imaginábamos hoy es realidad.
La analítica puede seguir el comportamiento de los consumidores en las tiendas físicas y en línea para relacionarlo con las ofertas que van a captar su atención y satisfacer las necesidades de un individuo. Permite también diseñar campañas de marketing con un mayor nivel de personalización y conversión.
Big Data puede utilizarse para optimizar la logística. Al considerar varios factores que influyen en la velocidad y confiabilidad de la entrega, como el tráfico, los accidentes y el clima, por ejemplo, una logística más inteligente puede utilizarse para operar de forma más sostenible.
La analítica puede brindar protección a los datos. Con el reconocimiento avanzado de patrones y correlacionando comportamientos, es posible evaluar mejor los riesgos, mientras que los ciberataques y amenazas a la seguridad se pueden prevenir antes de que ocurran.
Hay información que siempre será sensible, pero ofrecer transparencia a los clientes puede ser una ventaja para una marca. Con la implementación de más regulaciones para la protección de datos personales, apegarse a las reglas de privacidad se ha vuelto imprescindible.
Las instituciones financieras combinan la analítica con innovaciones como la inteligencia artificial para la gestión de riesgos regulatorios y crediticios, la planeación de capital, y la prevención del lavado de dinero.
La analítica está llevando a las empresas de telecomunicaciones al futuro. Contribuye a combatir el fraude, comunicarse efectivamente con los clientes mediante canales físicos y digitales, personalizar ofertas y publicidad, así como optimizar, predecir y automatizar la planeación y operaciones de las redes.
Con la analítica, de la mano de la inteligencia artificial y el machine learning, los gobiernos están poniendo a trabajar a los datos para mejorar sus resultados para los ciudadanos. Los gobiernos de todos los niveles pueden tomar mejores decisiones, y más rápido, que pueden marcar la diferencia en la vida de la gente a la que sirven.
Al dejar atrás los procesos manuales y la utilización de hojas de cálculo, para integrar la analítica a las operaciones y toma de decisiones, abre un amplio abanico de posibilidades en prácticamente todas las actividades de una organización. Al mismo tiempo, le permite modernizarse e innovar en un contexto en el que la pandemia aceleró la transformación digital, el trabajo remoto, el comercio electrónico y la adopción a la nube, y en el que no puede darse el lujo de quedarse atrás y poner en riesgo su permanencia en el mercado.
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